Anoche conocí a Oscar. Comenzó dando jornales en el campo hasta que completó una pequeña piara de ovejas, que sigue incrementando. No tiene tierra propia, sino arrendada. No recibe subvenciones y tiene que compatibilizar su labor de pastor con la de jornalero en la recogida de la aceituna, etc. Está casado y tiene un hijo. Por mucho que se afana, es ya consciente de que no puede vivir y sacar adelante a su familia con los gastos fijos que tiene. El pienso se ha encarecido bastante, tiene que pagar dos alquileres, el de la tierra y el de la casa. Sin embargo, está enamorado de su trabajo y lo vive con intensidad e ilusión. A pesar de lo mucho que se mueve, desde antes de amanecer, el día le viene corto para tanto como desea acaparar, de trabajo, claro.
Por contra, cuando un ganadero vende su ganado, sigue recibiendo subvenciones porque conserva unos derechos.
Es curioso que en esta época democrática nuestra ningún partido de izquierda reivindique en su programa la necesidad de abordar una verdadera y definitiva reforma agraria. Si los agricultores y ganaderos jóvenes que tienen vocación por el campo y no están dispuestos a emigrar a las ciudades para llevar una vida que no les gusta, tuvieran tierra propia y facilidades para modernizar sus instalaciones, seguro que contribuirían a poblar de nuevo el campo que está solitario y desaprovechado.
Oscar está contento porque Zapatero le permitió cotizar más como autónomo. No tiene sentido que haya tantas diferencias de trato entre el sector servicios o la industria y la agricultura o ganadería.
Sin embargo, la caza se sale de madre y se pone al nivel de los grandes negocios. Cazar tres venados en una finca próxima cuesta cuatro mil euros. Es el negocio que está transformando el campo y fomentando la propiedad de grandes latifundios. Hay en España más latifundios que nunca. Es raro el directivo de una gran empresa que no posea algún latifundio de cientos o miles de hectáreas.
Si el futuro del campo consiste en que todos nos compremos una escopeta y nos dediquemos a la caza, buen futuro nos espera como nación.
No te desanimes, Oscar, el famoso crecimiento que todos esperamos y nunca llegará, sólo puede venir del campo y de la tecnología e investigación, por lo tanto no busques trabajo en otros sectores porque ya apenas quedan. Casimiro
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